domingo, 27 de noviembre de 2011

Silencio

Es una pena porque ella, debajo de su misterioso mundo aparentemente sencillo, es todo un reto. En su pecho lleva escrito "las mata callando", y aunque no pueda soportarlo y me rompa los dientes, al final siempre me atrapa. El quiero y no puedo está a la orden del día, cuando me cuestiono realmente si el querer tiene que ver con el lado más animal y primario de una conexión que me invento todas las noches. Pero al final resultará, que entre tanta imaginación, sera hasta cierto.
Pasa lo de siempre, que cuando sale el sol y nos encontramos tiradas en la calle recogiendo gente perjudicada y desubicada del mundo, viene la hora de "cada una a su cueva que aquí ya empieza el frío". Y tu me ofreces algo más que un último cigarrillo.

Si vas a joderme, largate antes de empezar una guerra de los 100 años, que ya acumulo demasiados frentes abiertos. Si pretendes acercarte dejalo claro antes de saltar la valla sin autorización, aquí no entran gratis tampoco las chicas monas. Si quieres que te muerda sólo dame un silbidito y te buscare en algún bar sucio y poco iluminado. Pero el patrocinio que no falte, que un corto de tales dimensiones se merece cuatro tragos de marcas baratas distintas.

Cuando estés asustada por mi ausencia de atención y emoción, no me lo cuentes. Que ya lo sé y el vuelo está aún despegando.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Huecos blancos

Últimamente no entiendo nada o quiero aprender muy poco. Me ausento de este politiqueo para no tener que abstenerme. Le pido días personales a la vida y luego hago horas extras sin parar, en horario nocturno.

Debe ser que lo hago demasiado bien o que no estoy haciendo nada. Lo cierto es que sé donde buscarme pero no tengo intención de salir a encontrarme. Como mucho me doy un paseo cuando se hace oscuro, que es cuando sale el único espectáculo decente de la ciudad: los bohemios, las putas y los borrachos.

Me regodeo en el frío del invierno, que digan lo que quieran pero ya está en mi portal. Que a mi me van más los interludios, antes que los temazos. Pero sea como sea, cuando me acabe el último porro al final de este (des)concierto, está claro que saldré por la puerta giratoria. Aquí ya no hay grises, a la mierda o a lo grande.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Me maté porque era mía

Muy pocas veces escribo para contar que no tengo nada que decir. Cuando, a menudo, es una de las mejores sensaciones que he tenido durante años. No es que no quiera, es que...la ignorancia me supera.
Me encuentro en el mundo en el que hace más o menos dos años volví a nacer. He llegado a almacenar ya suficientes recuerdos sin el pasado como para tirar adelante, para dejar de tachar calendarios. Pero sigo sintiéndome novata en muchísimas cosas, y pequeña, diminuta.

Y aunque ahora despierte con otro sol y mis días acaben escuchando voces distintas, siempre termino revolviéndome y guardando pedazos de mí por si mañana no puedo volver a reinventarme.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sin tocar

Concluyo como increíblemente alucinante el paso de estos días aparentemente rutinarios. Me encuentro, de golpe, ante unos niños enmudecidos al mundo, con mil estereotipias (y pensar en el progreso de Paula me hace sonreír).

Los veo aquí, a mi lado, metidos en esa cárcel que les aprieta la cabeza constantemente. Las noticias que recibo de ellos proceden de un mundo que se halla a una incalculable distancia del nuestro. Casi nada de lo que tiene validez aquí, vale algo allí. Intento, casi sin resultados, seguirles la mirada. Viajar con ellos hacia donde van sus ojos, probar de romper esa barrera que les haga aparecer donde yo ubico su luz. Mientras me rompo el alma por conseguir que pronuncien una palabra comprensible en mi idioma, me encuentro en un rincón con Tim. Los dos nos sumergimos en el complejo estado de transición, al intentar penetrar el cielo con una pelota de espuma. Y acabo mirando puntos muertos, hacia el infinito, pero no mas allá.

Me encantaría explicarle, a pesar de lo que digan, que puede gritar por la calle todo lo que quiera. Que puede decidir aislarse si no le gusta lo que le rodea. Que puede mantenerse en silencio cuando algo le duela. Que puede elegir no participar del engaño de su contexto.
Incluso contarle, que las estrellas son los sitios en que las moléculas de las que esta hecha la vida, se crearon billones de años atrás. Y por ejemplo, el hierro de su sangre se creo en una estrella.

Pero no puedo, porque no sé. Así que termino desistiendo a responder todo aquello que hace años me quema las entrañas. Y, por unos instantes, decido colarme en su universo sin que él me haya invitado y dejar de intentar obligarle a que ponga sus pies en esta tierra poco compasiva, para buscar el limbo que nos separa y nos une.

martes, 1 de noviembre de 2011

Huecos blancos

Es lo que tiene el frío. Una hace una visita y llora para no irse a un sitio mas cálido y mejor. Otra se pega una hostia de esas que hacen historia después de una noche de rock y drogas. Otra vive en el infierno y aun puede reconocerme y abrazarme. Otro se queda pasivo mirando una vida que no le complace. Otra me sigue mirando por encima del hombro hasta que se de contra el techo. Otra se hunde porque no puede dar cuatro pasos sin que le tiemblen las piernas. Otra me da los buenos días y sale corriendo a media tarde.
Y otra, la de mas allá, parece que sale de un silencio que rompo porque sino vamos a explotar.
Quizás sea noviembre, que nos hará regresar.