domingo, 6 de julio de 2014

Amor, reglas y alpinistas

Después de aquella mujer mi corazón se quedó como una aldea saqueada. Es normal que surgiera rencor desde mis tripas. Yo ya sabía desde el principio que apostaba a caballo perdedor, que aquellos ojos eran dos pozos sin fondo y aún así quise jugar. Supongo que escribo todo esto para entender y explicar que, a veces, al cruzarte con alguien, hacen falta dos cosas: conocer de qué pasta está hecha esa persona antes de poner a su nombre nuestro porvenir y no sobrestimar nuestras fuerzas, porque hay paredes que nunca se dejan escalar, montañas imposibles por mucha destreza que tengamos como alpinistas.

- Marwan