martes, 7 de abril de 2015

Ni valor ni miedo

Los adentros de mis adentros han caído en un pozo sin fondo.
Es lo que suele suceder cuando acumulas continentes dentro de más continentes, por esconder contenidos poco claros o demasiado ciertos. Cerrar la caja fuerte, esconderla en una pequeña sombra inocente y tirar la llave en los baños de alguna discoteca mainstream.

Mi madre solía decirme que sí, que el dolor nos hace sentir vivos. Siempre y cuando aún fueras capaz de notarlo en la piel, en los pulmones. Sino solo quedaba algo como un hueco, un agujero negro apático y apátrida.

Hoy me sorprendo reconociéndome en un maldito cuerpo envasado al vacío.