miércoles, 19 de octubre de 2011

De poco silencio

Vivía con tres que se enloquecían los fines de semana, que se regalaban abrazos sin preguntar. Luego se fue alguien que creía en la familia patriarcal y eterna, y murió creyendo que aun lo eramos. Al instante vivía sólo con dos, cuando parecía que volvíamos a nacer. Después viví un tiempo con un solitario ruidoso, que de toda la casa sólo usaba la cama y el microondas. Conocí a la amante inadaptada, que dio paso a la chica soñadora de realidades con heridas podridas. Pero antes volvía a vivir de cuatro, con algún anexo. Ambiente desesperado donde nadie sabia flotar. Al final me reencontré con alguien de sonrisas soleadas, con cuatro gramos más de esperanza encima. Ayer conocí a alguien que odia los pájaros. Y ahora volvemos a ser solamente tres.

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