sábado, 24 de diciembre de 2011

Merry Christmas

Ya hace unos años que las lucecitas, el frío de diciembre, los regalos, los colores, la comida abundante y el espíritu y la bondad...no me impresionan.
La navidad me trae mala suerte. Ni siquiera me quedan ganas de hacer juicios morales anticonsumistas. Es sencillo que estas fiestas sean mejor que las anteriores. Todo saldrá bien.

Abramos el vino y el champan, que yo brindaré por las no-presencias. Quién lo diría pero...mientras Hush siga rondando por aquí, quizás cambie mi suerte y vuelva a creer en la gente. Quizás.

viernes, 9 de diciembre de 2011

De ti

Lo tuyo es de escalera hacia el cielo, de droga dura.
De días que acaban y empiezan en el mismo lugar,
para dejar de perdernos y reencontrarnos.
No tiene filosofía que valga, no hay nada que hacer.
Eres de noches que vuelan, de encantos fugaces.
De respuesta rápida y amanecer lento.

En definitiva, de poco frío...aunque tiembles.

martes, 6 de diciembre de 2011

Ni preparados, ni listos, ya.

Yo ya sé porque pasa todo esto. No es la primera vez, ya me ha pasado antes. Sería fácil explicarlo en términos musicales, las cuerdas de mi guitarra llevan tanto tiempo desafinadas que se están empezando a quedar duras. Tanto que si las rasgas, duele.

El Gurú me decía que me falta transparencia, entre muchas otras cosas. Que voy a tanta velocidad, que se me pierde de vista.

Pero oigo una voz que insiste: Sin pensar, más deprisa, corre corre que te pillo, que te pilla, espabila, vamos, vamos, no te pares, respira, no te olvides de eso, importante, vamos, tu puedes, corre, deprisa, más, más deprisa. Corre, que en el firmamento no queda sitio para todos. Más deprisa, no pares, esto no dejará de girar por ti..

viernes, 2 de diciembre de 2011

Alcohol del barato

Hace dos años, este día 2 de diciembre, era otro día. Hace dos años, en tal día como hoy, el único mundo que conocía empezó a explotar. Alguien moría al otro lado del mundo, alguien se hacia el desayuno mientras pensaba en si se iba a mojar esa mañana, alguien susurraba cosas preciosas hacia el otro lado de la cama, alguien subía al autobús escuchando música comercial de camino al trabajo. Pero nosotros no hacíamos ninguna de esas cosas, como de costumbre. Y nos levantábamos de un sueño inquieto, sin acabar de saber que iba a ser el día más extremo de nuestras vidas.
Era un miércoles de frío, largo, interminable, lleno de odio, intenso, sobrepasado de los límites de cualquier persona sana y con mucha carencia de sensibilidad. Digno, por si mismo, de un esquizofrenico que muere en un suicidio simbólico, pensando que su despertar será más claro y más incierto.

Nos contaban que cuando el hombre negro se deshizo de su esclavitud, algunos de ellos no querían moverse por miedo a la libertad. Probablemente eso nos pasó demasiadas veces, pero ese miércoles era el fin. Algo se rompió, nos desgarró por dentro y nos desfiguró por fuera.

Aun ahora puedo reconocer cada paso y cada instante, cada cara y cada palabra. Cada momento de esa noche y su llegada navidad, que aun alguna mañana echo de la cama con miedo a que vuelva a atraparme. Y mientras, abro una carta que me cita, dentro de un mes, a rebobinar mi muerte y justificarla. Debería decirles que me declaro culpable. Culpable de no haber sabido salir corriendo cuando mis piernas aun podían, culpable de no haber salido por la puerta para devolverme la dignidad, culpable por haber crecido en ese lugar y aun temblar al pensarlo.

Quizás la vida nos devuelva la suerte que nunca hemos tenido. Quizás el tiempo nos de la razón. Quizás llegue el día en que sepamos contarlo sin avergonzarnos y bajar la mirada.

Quizás, hoy por hoy, deberíamos celebrarlo. Deberíamos felicitarnos por sabernos lejos de allí. Deberíamos pagar el tequila más caro, que nos haga olvidarlo por siempre jamás.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Silencio

Es una pena porque ella, debajo de su misterioso mundo aparentemente sencillo, es todo un reto. En su pecho lleva escrito "las mata callando", y aunque no pueda soportarlo y me rompa los dientes, al final siempre me atrapa. El quiero y no puedo está a la orden del día, cuando me cuestiono realmente si el querer tiene que ver con el lado más animal y primario de una conexión que me invento todas las noches. Pero al final resultará, que entre tanta imaginación, sera hasta cierto.
Pasa lo de siempre, que cuando sale el sol y nos encontramos tiradas en la calle recogiendo gente perjudicada y desubicada del mundo, viene la hora de "cada una a su cueva que aquí ya empieza el frío". Y tu me ofreces algo más que un último cigarrillo.

Si vas a joderme, largate antes de empezar una guerra de los 100 años, que ya acumulo demasiados frentes abiertos. Si pretendes acercarte dejalo claro antes de saltar la valla sin autorización, aquí no entran gratis tampoco las chicas monas. Si quieres que te muerda sólo dame un silbidito y te buscare en algún bar sucio y poco iluminado. Pero el patrocinio que no falte, que un corto de tales dimensiones se merece cuatro tragos de marcas baratas distintas.

Cuando estés asustada por mi ausencia de atención y emoción, no me lo cuentes. Que ya lo sé y el vuelo está aún despegando.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Huecos blancos

Últimamente no entiendo nada o quiero aprender muy poco. Me ausento de este politiqueo para no tener que abstenerme. Le pido días personales a la vida y luego hago horas extras sin parar, en horario nocturno.

Debe ser que lo hago demasiado bien o que no estoy haciendo nada. Lo cierto es que sé donde buscarme pero no tengo intención de salir a encontrarme. Como mucho me doy un paseo cuando se hace oscuro, que es cuando sale el único espectáculo decente de la ciudad: los bohemios, las putas y los borrachos.

Me regodeo en el frío del invierno, que digan lo que quieran pero ya está en mi portal. Que a mi me van más los interludios, antes que los temazos. Pero sea como sea, cuando me acabe el último porro al final de este (des)concierto, está claro que saldré por la puerta giratoria. Aquí ya no hay grises, a la mierda o a lo grande.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Me maté porque era mía

Muy pocas veces escribo para contar que no tengo nada que decir. Cuando, a menudo, es una de las mejores sensaciones que he tenido durante años. No es que no quiera, es que...la ignorancia me supera.
Me encuentro en el mundo en el que hace más o menos dos años volví a nacer. He llegado a almacenar ya suficientes recuerdos sin el pasado como para tirar adelante, para dejar de tachar calendarios. Pero sigo sintiéndome novata en muchísimas cosas, y pequeña, diminuta.

Y aunque ahora despierte con otro sol y mis días acaben escuchando voces distintas, siempre termino revolviéndome y guardando pedazos de mí por si mañana no puedo volver a reinventarme.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sin tocar

Concluyo como increíblemente alucinante el paso de estos días aparentemente rutinarios. Me encuentro, de golpe, ante unos niños enmudecidos al mundo, con mil estereotipias (y pensar en el progreso de Paula me hace sonreír).

Los veo aquí, a mi lado, metidos en esa cárcel que les aprieta la cabeza constantemente. Las noticias que recibo de ellos proceden de un mundo que se halla a una incalculable distancia del nuestro. Casi nada de lo que tiene validez aquí, vale algo allí. Intento, casi sin resultados, seguirles la mirada. Viajar con ellos hacia donde van sus ojos, probar de romper esa barrera que les haga aparecer donde yo ubico su luz. Mientras me rompo el alma por conseguir que pronuncien una palabra comprensible en mi idioma, me encuentro en un rincón con Tim. Los dos nos sumergimos en el complejo estado de transición, al intentar penetrar el cielo con una pelota de espuma. Y acabo mirando puntos muertos, hacia el infinito, pero no mas allá.

Me encantaría explicarle, a pesar de lo que digan, que puede gritar por la calle todo lo que quiera. Que puede decidir aislarse si no le gusta lo que le rodea. Que puede mantenerse en silencio cuando algo le duela. Que puede elegir no participar del engaño de su contexto.
Incluso contarle, que las estrellas son los sitios en que las moléculas de las que esta hecha la vida, se crearon billones de años atrás. Y por ejemplo, el hierro de su sangre se creo en una estrella.

Pero no puedo, porque no sé. Así que termino desistiendo a responder todo aquello que hace años me quema las entrañas. Y, por unos instantes, decido colarme en su universo sin que él me haya invitado y dejar de intentar obligarle a que ponga sus pies en esta tierra poco compasiva, para buscar el limbo que nos separa y nos une.

martes, 1 de noviembre de 2011

Huecos blancos

Es lo que tiene el frío. Una hace una visita y llora para no irse a un sitio mas cálido y mejor. Otra se pega una hostia de esas que hacen historia después de una noche de rock y drogas. Otra vive en el infierno y aun puede reconocerme y abrazarme. Otro se queda pasivo mirando una vida que no le complace. Otra me sigue mirando por encima del hombro hasta que se de contra el techo. Otra se hunde porque no puede dar cuatro pasos sin que le tiemblen las piernas. Otra me da los buenos días y sale corriendo a media tarde.
Y otra, la de mas allá, parece que sale de un silencio que rompo porque sino vamos a explotar.
Quizás sea noviembre, que nos hará regresar.

lunes, 24 de octubre de 2011

Hush

Las noches son distintas con Hush. Sabe manejar periodos de variabilidad como si no le causara ningún esfuerzo y, además, sale victoriosa y con beneficios. Y entonces hace que uno esté en armonía con otro y otro con el mundo. Diría que el vocabulario le sobra, pero le gusta usar un lenguaje limitado, frío o casi helado.
Los acontecimientos en masa no le van nada, le encanta pasar desapercibida. Pero en pequeño comité es la batería, la energía y el cargador. Tiene repisas esperando fotografiás nuevas, palabras que luchan por ser pronunciadas, teléfonos en apagón y lunas con cualquiera que le guste trasnochar.

Hush casi nunca afirma nada, igual que casi siempre parece que lo niegue todo. El control sobre sus cosas es su máximo poder, menos cuando la noche aprieta. Entonces, lo único con alas permitido, son los tragos poco amargos y que hacen brillar. Aunque haga sol, siempre hace como quien oye llover. No sigue la corriente del río porque no está muerta como muchos otros, estaba callando bocas, de parranda.

miércoles, 19 de octubre de 2011

De poco silencio

Vivía con tres que se enloquecían los fines de semana, que se regalaban abrazos sin preguntar. Luego se fue alguien que creía en la familia patriarcal y eterna, y murió creyendo que aun lo eramos. Al instante vivía sólo con dos, cuando parecía que volvíamos a nacer. Después viví un tiempo con un solitario ruidoso, que de toda la casa sólo usaba la cama y el microondas. Conocí a la amante inadaptada, que dio paso a la chica soñadora de realidades con heridas podridas. Pero antes volvía a vivir de cuatro, con algún anexo. Ambiente desesperado donde nadie sabia flotar. Al final me reencontré con alguien de sonrisas soleadas, con cuatro gramos más de esperanza encima. Ayer conocí a alguien que odia los pájaros. Y ahora volvemos a ser solamente tres.

domingo, 2 de octubre de 2011

Carece de verdades este cuento pero está lleno de historias

Entre mis silencios y tus perfecciones e imperfecciones parece que concursemos para ver quien se suicida antes.
Que yo no creo en algo tan positivamente opuesto a dejar de vivir. Si antes tenia poca fe, ahora ni por asomo. Por eso no puedo afirmarlo, porque para mi no significa nada, ya está vacío. Yo ya no sé de esto. Que tu dijiste que no querías flores. Que voy sin equipaje.
Y tengo ganas de salir por pies, que eres como un muelle que me hace coger altura, pero estoy aquí. Sólo aquí, donde me quieras encontrar. En cualquier lugar que me lleves que pueda brillar.
Que te adoré en cada momento que tuve que decidir para ti. Y quédate, quédate a dormir y cierra la puerta después de entrar.

Pero antes que digas nada, antes que rechaces todo esto de pleno...puedo decirte.

Puedo decirte que mis tardes se harían más reales si vinieras sudando allí donde esté para robarme un fin de semana de febrero. Que no me gustaría el fútbol hasta que no marcaras el ultimo gol y mi equipo fuera un segundón. Que el mundo tendrá que ponerse bastante mas hijo puta si quiere ver como me rindo. Que rompería dientes para ver tu sonrisa.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Enciende y vamonos

Hace meses este trago me habría sabido a otra cosa. Pero bueno, qué se puede esperar de un mojito con naranja. Que a falta de limón, me cambio a algo más dulce. Siempre me pasa lo mismo, me vuelvo adicta a lo ácido y cuando ya me he puesto tantos escudos que ni me escuece, necesito algo más dulce para caer en shock. Y cuando comienzo a creérmelo empiezan los problemas. Así que sea lo que sea lo que hay aquí dentro...que salga, pero que salga ahora.
Que quizás hoy por hoy, sólo me toque vivir. Que quizás el hecho de retenerme todo lo que no te digo acabe por ser más dulce de lo que creía. Que quizás sea eso, que tu eres el kilo de azúcar que me falta para volver a mirar la vida sin quemarme las retinas.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Two birds

Hoy me he acordado de Eingel. Hace ya meses que no la pienso tanto, pero hoy la he encontrado en mi habitación. Los plomos han decidido saltar esta mañana y nos hemos quedado sin luz y electricidad, es la tercera vez en lo que va de semana. Así que mi despertador, que sobrevive enchufado, ha muerto demasiado pronto. Hoy debía levantarme, tenía un compromiso. Pero dado que iba a llegar casi dos horas tarde, mi amiga me ha mandado a algún sitio, muy lejos: "Mira, da igual, eres un desastre. Ya nos vemos otro día. Pero ya que estás, levantate y haz algo de provecho".
 
He decidido hacerle caso y me he puesto a ordenar mi habitación, o a intentarlo. Y entonces la he encontrado. Junto a todas esas cosas materiales moñas que guardas como si fuera un tesoro cuando todo se acaba. Ahí deje un CD con una de sus canciones, mi favorita; "Flying the same way". Era un regalo para su padre, teníamos dos meses para montar algo decente. No sabe cuanto disfruté ayudándola, le(nos) quedó preciosa. Pasadas las navidades, cuando Eingel ya casi había desaparecido del todo, me la mando por correo y me partió en demasiados pedazos como para numerarlos. Luego se esfumó del mapa, por completo, y a día de hoy sigue haciendo esfuerzos para irse aun más lejos.

Hoy, escuchándola a ella y a su canción, me he dado cuenta de que no la odio. Hace algún tiempo me dijo: "En otro universo me casaría contigo, pero en este solo espero encontrarte algún día como aquella chica que conocí una vez y poder sonreír". Meses antes yo le decía que nos iríamos a las vegas a firmar contrato matrimonial con un Elvis. Así que no, no la odio ni nada que se le pueda parecer. Aunque algunos llegaran a creérselo, en realidad no era nada convincente. No le guardo rencor, la culpa fue mía. Suya quizás también, pero ella la compensa con creces con toda la felicidad que un día llego a darme y la que me da aun a día de hoy sin estar. Y pienso que allí donde esté, que se quede, que no hace falta que nos encontremos. Que seguro que sonríe más fácil sin mi.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Pájaro invisible

Hoy he tenido un sueño agradable, últimamente van escasos. Pero he conseguido soñar con dos de los grandes deseos: volar y ser invisible. Y por si fuera poco, podía hacer las dos cosas a la vez, pero una no funcionaba sin la otra. Aunque eso de que las alegrías vienen a pares, es mentira. Me he despertado repentinamente buscando un papel, por eso de que los sueños se olvidan durante el día. Y he encontrado algo que no recordaba, de aquella época que aún ahora aparece en flashes inevitables.

"Esta debe ser la séptima vez en un año que me prometo firmemente que este es el final, que me rindo, que me voy y que me maten. Como siempre, sigue sonando poco convincente. Y presiento que se aproxima algo irrevocable, de lo que no estoy segura es si será conmigo o contra mi. Pero está claro que tengo muchos puntos en contra, como de costumbre. Des de ese cumpleaños, en el que fui poco oportuna, todo esto está dejando de parecer un juego de niños. El Gurú está preparando y armando a todos sus soldados. Pero hay algo que no encaja, esta aparente calma me acojona. Algo está sucediendo mientras todo el mundo duerme, pero bajo esta falsa tregua llegará algo que no podré parar por mucho que lo intente.
Blue no deja de llamarme, lleva todo el día intentándolo. Es demasiado extraño, ella nunca me llama y menos me manda un mensaje para cambiarme una clase para invitarme a un café. Es como una de esas trampas que son tan descaradas que incluso puede que no lo sean. El Gurú sigue repitiendo, año tras año, que debería parecerme a ella, que somos iguales. Pero yo no sé clavar la mirada y disparar como lo hace Blue, un martes cualquiera. A veces parece tan obsesionada que asusta, como si tuviera que guardar un secreto de estado arriesgando su propia vida. Y a veces, cuando cree que nadie la mira, cuando pierde fuerzas durante tres segundos, cuando su frialdad entra en calor traicionándola... a veces, parece incluso más perdida que yo. Quizás por eso nos parezcamos. Quizás ella tambien se haga promesas que no puede cumplir."

lunes, 12 de septiembre de 2011

Un poco de Bergman

Que sí, que sí, que se trata de la presión constante de exponerme a ti. Entregarme a que puedas analizarme, diseccionarme. Y quizás, con el tiempo y como todas, acabar aniquilandome.
Yo intento portarme bien y no ser una desgracia para el mundo, y menos tu desgracia. Pero no lo consigo. Y me quedo quieta, en silencio, me encierro y me aíslo intentando ni siquiera tocarte. Por lo menos así no miento. Así no temo a que salga la frívola maligna que una vez me enseñaron a ser. Pero mi escondite no es inaccesible y el música llega hasta el techo. Sólo tómate tu tiempo, donde sea que vayas.  Que la vida se cuela por todas partes.

domingo, 4 de septiembre de 2011

No volvió a cerrar los ojos

Hay quien dice que las ganas o vuelan o matan o se van.
Pero lo que siempre queda es el dolor. Como una puerta entreabierta. Aunque pase el tiempo, pase la tormenta y pase la calma, o no. Queda, siempre queda.

Y si, también es normal que en ese momento no lo notes y te caiga después. A veces mucho después. Las agujetas no las tienes durante el ejercicio, ni la resaca mientras bebes. Hay quien dice que las pequeñas partes del dolor que no se va, nos cambia para siempre. Y que nunca volvemos a ser los mismos.

A veces me gustaría coger todo tu dolor, todo aquel que no se te ha ido. Todo el dolor residual, sacártelo de dentro. Quitártelo del pecho, que es donde se queda el dolor enquistado. No en el corazón o en la cabeza, no. Se queda en el pecho. Y de vez en cuando te aprieta, te asfixia.
Daría lo que fuera por cogerlo y guardarlo. Guardarlo en un frasco de cristal, para que lo vieras, para verlo yo también. Así, entre las nueces y el azúcar, dentro del armario de la cocina. Y mientras, pudieras respirar un poco.
Si lo metiéramos ahí, verías el color, la temperatura, la forma, como con distancia ajena. Yo estoy segura de que el dolor, es granate.
El dolor es una mezcla de dos puntos opuestos: la pasión y la muerte. La pasión es roja, de toda la vida y para todos. Un rojo intenso e irremediable. Un rojo caliente, casi hirviendo. Y la muerte...por si lo dudabas, sí, es negra. El negro más oscuro, el más cercano a la soledad que puedas imaginarte, así es. Un negro frío, ese tipo de frío que no te congela pero te cala por dentro, el que hace cuando no nieva.

Cuando esa mezcla nos atrapa, aparece el dolor. Sí, es de color granate. En el color, la pasión gana a la muerte. Pero en la temperatura es al revés. El dolor es hielo, puro hielo. Hielo que, cuando se acumula demasiado en el pecho, nos araña, nos corta por dentro y...irónicamente, nos quema.
Si lo metiéramos en ese frasco verías un trozo de hielo granate, como un cristal roto.
No sabría decirte cómo hacerlo desaparecer. Carezco de sombreros de mago. Pero dicen que se trata de dejarlo respirar. Dicen que cuando el dolor te aprieta en el pecho y sientes que te asfixias, debes intentar respirar con calma. No hace falta profundidad, sólo calma. Dicen, que si consigues hacer un par de respiraciones enteras, vas eliminando un trocito de dolor por cada bocanada de aire que sacas entre los labios. Dicen... dicen que nunca se va del todo, dicen que tal vez se queda algo ahí para recordarnos que la vida es dolorosamente bonita. Dicen... dicen cuando consigues soltar un poco, te brillan también un poco más lo ojos.

lunes, 29 de agosto de 2011

Mi perfume, del barato

Ven hacia mi cuando esté ebria. Acércate muy seria, no me dejes reírme, pide pide y no dejes de pedir lo que pude y no te dí anoche en mi cama. No me cojas al ir a dormir, dame la espalda. Y cuando esté soñando abrazame fuerte y despiértate si me despierto. Luego haz de ti una manta, descubre bajo la tela mis misterios y justo en la frontera mis olvidos. Mirame por la mañana y dame un beso antes de irte, del que no me acordaré cuando despierte. Coge de mi cocina tu desayuno y comete mis miedos con la leche caliente. Márchate a comprar tabaco y vuelve para comer. Descúbreme simulando ignorar tu ausencia y degusta mi pizza barata en silencio. Sacame de la siesta las mentiras y vete sola al sofá a aparentar tener paciencia. Vayámonos de paseo, comprame una cerveza y déjame que te mime. Dime hasta luego y regresaré ya por la noche, renovada de las apariencias dejadas en la peor esquina. No me dejes la puerta abierta para cuando llegue. Cénate una manzana y hazte la dormida. Quéjate por haber tardado tanto y no haber traído al menos flores. Te acurrucaré yo esa noche y te pediré que me perdones antes de despertarte. Saca una sonrisa frente al sol conmigo. Invitame a irme si no te sientes correspondida, haz ver que me dejas que vaya y esperame en la puerta luego. Jamás me prometas que siempre estarás aquí, si no darías tu vida por cumplirlo hasta el final. Que no el nuestro, sino el mio.

lunes, 8 de agosto de 2011

En mi retina

Aunque mi padre diga que "algunas veces una amenaza es una promesa", en este caso, no es así. En su momento, no quise hacer una promesa porque, las promesas, suelo tener la costumbre de cumplirlas. Ahora prometo irme, irme de verdad unos días. Dejar de estar aquí mentalmente mientras esté fuera de la ciudad.

A veces la vida te sorprende, no avisa, o si avisa y no queremos ver los indicios. Y tienes que coger las riendas y emprender otro camino, y llenarlo de cosas con ilusión que te hagan seguir viva.
Así que ahí voy. Ya que no todas ellas vienen a mi, voy yo a buscarlas. Me escapo unas semanas, para encontrarme en el archipiélago constituido por la mayor isla de las Antillas. Y te dejo, la dejo, os dejo y me dejo aquí. Me dejo todo aquello que no di y que no puedo dar.



No me gustan las despedidas largas y tampoco suelo escribir explosiones extensas, pero en unos días le digo adiós a Barcelona y Cuba me da la bienvenida. Me largo para volver luego, pero volver morena y con sangre en las venas.

miércoles, 27 de julio de 2011

Seguimos para bingo

Nunca dejé de preguntarme cómo seria todo si no hubiera empezado a perder mi pre-adolescencia a los 12. Si no hubiera sido lo que buscaba el gurú. Si hubiera fracasado en el intento, por suerte de todos.

Y es que hay gotas que colman vasos, que los desbordan de manera inevitable. Pero algunos no somos vasos, somos depósitos. Y cuando el borde ya está derramándose, no nos damos cuenta que el soporte ya hace tiempo que está oxidado.

Hice lo que le parecía correcto al gran jefe una y otra vez, pero a estas alturas... a la mierda su protocolo. Y me ciño a su imperfección para ver como sale.

No es la felicidad lo que nos asusta, sino la expectativa de ser felices. Quizás cuando más posibilidades tenemos, más confundidos estamos. Pero seguimos sonriendo, queriendo ser esas personas que queríamos ser.

Y como decía Havel: "La esperanza no es tener la convicción de que algo saldrá bien, es tener la certeza de que algo tiene sentido, salga como salga".

martes, 19 de julio de 2011

Intenta probarlo

Pruebalo.
Prueba a quedarte despierta durante noches enteras. A simular que los amaneceres no existen. Haz de las madrugadas tus compañeras.
Prueba a empalmarlas cada jornada, como si el tiempo corriera mucho más deprisa. Que parezca que la noche es lo llevadero y el sol lo difícil.

Prueba a demostrar que ya no te siguen sus fantasmas. Que has podido almacenar suficientes recuerdos sin ello, que no necesitas recurrir al pasado.

Prueba a hacer como si los acontecimientos sólo fueran eso y nada más. Como si nunca llevaran ningún otro hecho detrás o nunca tuvieran antecedentes.
Prueba a continuar como si este cuento estuviera perfectamente bien cerrado.
Prueba a pensar que nunca hay segundas intenciones ni contradicciones escondidas. Que los hechos son como son y no piden ni preguntan nada más. Prueba a vivir como si no existieran los matices.

Prueba a sentenciar que nada volverá a cambiar. Que no estás esperando a nada ni a nadie. Prueba a decirte que el rumbo que llevas no tiene ningún interés en desviarse hacia otro norte más claro.

Prueba a imaginar que toda esa gente, que te ha rozado tanto el corazón que te ha llevado a la locura sin esquivar los límites, ya no existen. Que no te llevaron a noches de rock y drogas cuando se marcharon, porque nunca fueron reales.

Prueba a decir que no has aprendido nada. Que el mundo está sumergido en el silencio, inmóvil.
Prueba a no vivir viviendo, solamente a sobrevivir.


Pruebalo.

Pruebalo y luego ponte a contar las horas que has desperdiciado.

lunes, 11 de julio de 2011

Pensa-miento

A veces me importas menos.
Algunos lunes, que ya saben a martes ruidosos, incluso me molestas. Vienes aquí, dando por sentado que tienes asiento reservado en la zona VIP, con vistas al mar. Y me jodes.
Cuando decides alardear de tus decisiones de burguesa. Gritándolas, como una quinceañera emocionada. Y me dejo joder.

A veces te veo venir con tu sonrisa puesta, que no me convence. Pero menos me convenzo.

Me apareces como una intrusa y quiero cerrarte mi bar con derechos de admisión. Aporreas la puerta y hago oídos sordos, pero no rezo.


Y entre tanto movimiento interno, cuando ya me duelen los parpados, sales de la nada entre el humo.

Pero hoy decido dejar de perderme en el viaje que nunca hice. Hoy decido quererte menos. Y apartarte.

martes, 5 de julio de 2011

Mzeuna

Los días de sol empiezan a crecer. Mis niños gritan cada día como si el mañana no fuera a existir nunca. Las jornadas pasan, vuelan y me enseñan lecciones vitales increíbles.
Por primera vez, me levanto por las mañanas sin problemas. Me cargo de valor, de las energías que he perdido en vano durante tanto tiempo. Juego a saber más de lo que parece, a simular que los límites de la diplomacia quedan muy lejos de este barrio.

Cada día estoy mas convencida de que la felicidad no es un estado, sino una decisión. Y aunque me pareciera imposible, ahora ya me veo capaz de decidir que los fantasmas sólo volverán cuando yo quiera, y no cuando lo quieran otros.

De repente me encuentro bajo este sol, muy distinto al que había hace un par de años. Las cerveza fría, y muy merecida, me sabe a gloria. Me la tomo en una terraza cualquiera mientras los "guiris" pasan con prisas direccionados a admirar alguna otra estupidez humana. Miro hacia la silla que tengo al lado y sonrío. Le vacilo, pero no le miento. Porque las mentiras también forman parte de un juego infeliz del que ya me he retirado. Ella me mira mientras brilla.

Lo difícil lo hicimos ayer, lo imposible es lo que estamos consiguiendo hoy y mañana haremos los milagros que tanto pedimos. Y sea como sea, o pasara lo que fuera, Nupa es igual pero distinta y ya no es desesperanza. Los excesos a la intimidad no son, pero sólo por el cariño contenido que racionamos poco a poco. Ya no hay destrozos reprimidos de alcohol.
Nupa pisa fuerte y yo le acepto el reto.

viernes, 24 de junio de 2011

Forense

Hoy es noche de verano, un verano caducado. La noche triste de las cosas que nunca dije.
Y aunque en Uruguay dicen que igual eso de la edad es relativo, diría que a veces cuando llegas tarde, ya no vuelves a alcanzar nunca el punto de llegada. Vuelves a los enfoques de fuga, a los puntos de partida y a los escapes de un stand by.

Parece sencillo cuando te sacan con amabilidad todo lo que quisieras borrar de tu vida. En una sala clara y fría, donde dos hombres te miran con cierta incredulidad y reescriben cada destrozo. No puedes negarte y menos desaparecer entre detalles.
Hablo como si pudiera dormir con ello, de aquellas épocas en que éramos un único todo. Algo enfermizo y sobrepasado de los límites supuestamente humanos.
Hablo de tu poca sensibilidad y tus mentiras piadosas como si no se me fuera la vida en ello. Hablo de los homicidios internos que provocaste y te sigo defendiendo a continuación, como si fuera los más natural del mundo.
Salgo, casi en flotación inerte. Me alejo preguntándome cuál sería el número que seguiría la serie de desconciertos. Ya que tu imagen mental me mira con condescendencia, yo me convenzo de que ya no me quieres para nada.


Y acabo temiendo los veranos. Como si el sol, del que me escondo, fuera a quemarme y a deshacer todo lo que no he preservado.

lunes, 20 de junio de 2011

Sin red de matices

Hay días en que de golpe me despiertas. Abro lo ojos y te encuentro, como si no te hubiera perdido nunca antes.
Esas noches en que el caos me envuelve y viene la pena callejera, que es más dura que triste. Y sales de cualquier lado diciendo: No pienses, sólo duerme. Mañana ya saldrá el sol por alguna parte.

Esos días en que las hojas caen imperfectas sobre las aceras de mi ciudad gris, donde los bufones juegan a ser conscientes. Y mis silencios acumulados son igual de fuertes que tus verdades descafeinadas. Porque lo mio son los pre-estrenos y los finales con segundas y terceras partes. Y tu sueles ser la antagonista de los grandes temas nacionales. Pero, a veces, nos perdemos en los hilos argumentales de la función no apta para menores.


Y recuerdo que hay días en que parece que lleves el corazón guardado en el bolsillo, por si hay que ofrecer unos gramos de cariño, puedas tenerlo a mano. Y yo te admiro y decido adorarte a lo lejos y más allá.
Pero hay partes de mi que no me dejan. Porque nunca se me ha dado bien dejar que me cuiden, y me quedo aturdida. Como a quien le pasa un tren por encima y no es capaz de contar cuantos huesos se ha roto. Así me paso la vida, cuando no me lo impides.
Te miro des del suelo y, si le gano a mi orgullo, me agarro fuerte. Porque sé que no me soltaras, que no me llevaras hacia el barranco, que me dejaras acercarme al precipicio sólo para que vea cuantos metros podría tener la siguiente caída al abismo. Y una vez valorados los daños colaterales, te giraras con una sonrisa y me dirás: Me sé otro camino más seguro, aunque quizás nos lleve a cualquier otra parte.

domingo, 22 de mayo de 2011

El sentido común es el menos común de los sentidos

El cielo es bajo, las flores liquidas, el suelo se mueve, la libertad es triangular, el sexo intangible, la música de colores y el sol una luz de neón.

Descansa y coge aire. Para y respira. Apartate y vuelve, o no.
Pero nunca desvíes la mirada, por si acaso.

Que me quedan muchas noches de palabras sordas, muchas carreteras donde perderte, mucho desenfreno sonriente, muchas cuestas que sudar, muchos despertares poco iluminados, muchas olas que saltar, muchas subidas y bajadas, mucha coordinación asustada, muchos no-finales ambiguos, mucha locura concentrada, mucho cariño invisible, muchos acordes para retarte, muchas apuestas dadas por perdidas, muchas canciones inolvidables, muchas luces que apagar, muchas sensaciones escondidas, mucho control esterilizado, muchas mañanas que madrugar para acabar fumando sobre la cama en tu ventana
y mucha falta de vocabulario para explicártelo.

Ahora si, respira. El pasado no es más que eso, hoy es hoy y mañana quién sabe.
No puedo definirtelo, porque aun lo estoy buscando. Pero si me dejas te lo enseño. Quizás así lo vea claro. Ayer me di cuenta que después de todo, sólo necesito ir a cualquier otra parte.
Si tu también almacenas cosas que no sabes explicarte, sígueme. Coge cuatro cosas importantes y deja lo demás. Aquí y ahora no hay sitio para más.
De camino te contaré una historia. Agarrate fuerte, piénsalo cinco noches y después súbete.
A medias, a por todas o a por nada. Me da igual, eso son cosas de mujeres. ¿Vamos?

lunes, 16 de mayo de 2011

Cláusulas

Hicimos un pacto,
mucho mas allá del tacto ni del papel.
Lo hicimos a consciencia y sin temor, sin rencor.
En una noche poco fría, por si acaso, en un escenario todo tuyo que sentía mio también.
Lo hicimos siempre y en años, lo repetimos para no olvidarlo.


Pero yo ya no se si te acuerdas...
De aquel rincón, de mi rincón de tu casa. Que recogía y guardaba todo lo que un día nos separó. Donde me refugiaba cuando el mundo podía conmigo y siempre venias a buscarme para salvarme.
De aquel balcón, el único encendido a cada sombra y cada sol. El que se quedaba abierto por si el adiós era demasiado largo, o si se nos iba de las manos el apagón.
De aquel verano en las casas blancas. De todas, las pocas que tenían lo que nunca nos faltó y nos reafirmó, en un reloj poco estresado.
De aquellas noches de ciudad, donde poco más quedaba que correr entre las piedras de tu bonito barrio. Contra el viento y el dolor...arrasando.
De aquel piano, el sólo tuyo. Que nos llevaba y trasportaba donde queríamos atardecer. Con tu música, que nos hacia más suicidas las tardes de domingo.
De aquella foto, de sesión poco infantil. De nada y de todo. De un día cualquiera, que llenaba cada hueco (si lo había) de pasión.
De aquellos viernes, nuestro peor día de la semana, con antelación. Donde todo lo menos vivido podía volverse a la suerte del perdedor.
De aquel estilo, el único y nuestro. Que siempre volvía a caer sobre el colchón. Parando temporales y descansando bajo el calor.


Ya no se si te has olvidado, si algún día se escapó de tu mente.
O si, por lo que fuera, algún recuerdo te atrapó...
Y te recordó, que aunque nunca volviéramos a vernos, aunque el tiempo causara estragos... hicimos un pacto.

domingo, 15 de mayo de 2011

Una razón

Había días en que intentaba entrar en calor. Y no había manera.
Tenia frío pero también fuerzas. Porque había una razón para todo eso.

La hubo poco después de lo peor que me ha pasado hasta ahora. Todo lo que nunca hubiera podido imaginar.
La ha seguido habiendo también en los años asfixiantes, donde me encontraba tan mal y otros decían que no era nada. Donde me dejé ganar y pisar, una y otra vez.
Continuó habiéndola en esos días en que los relámpagos cruzaban y rompían, y caía el cielo.
La ha habido también en cada fracaso, cada "qué coño hago ahora con mi vida".
Me he caído muchas veces. Me he equivocado muchas otras. He sufrido (como todo el mundo). Me traicionaron personas que se supone que deberían haberme querido y cuidado.

Pero soy una chica con suerte porque mientras todo eso pasaba tuve la fuerza para recordar y aprender luego. Y me di cuenta de que no era la felicidad lo que me asustaba, sino la expectativa de ser feliz.
Soy una chica con suerte porque también lo tuve a él, mi padre, aquel adulto que nunca me trató como una niña. A mi madre, que siempre estuvo aquí y siempre lo está. Y a mi hermana, el mejor regalo de mi vida.
Soy una chica con suerte porque incluso en los peores momentos siempre tuve algo a lo que agarrarme.
La vida, ella solita, se encarga de servirnos el sufrimiento en bandeja. De hacérnoslo tragar tapándonos la boca si hace falta.
Nosotros tenemos la decisión sobre como afrontarlo. El sufrimiento y lo otro.

Me he levantado muchas veces. Va a seguir doliendo. Y hasta hoy va sanando, de algún modo. Acercándome a ser aquella persona que años atrás había querido ser.
Y al menos, ahora, puedo entrar en calor.

martes, 26 de abril de 2011

Sonrío al imaginarlo

Que tu y yo desapareceremos.
Yo me iré algún día, tu también te marcharas.

Las cosas cambian. Las personas se van.
Y la vida no para por nadie.

Porque el tiempo pasa, corre y vuela.
Y al dolor lo va haciendo mas ligero, menos vacío.
Pero la historia siempre habrá permanecido intacta a los demás.

Y si, sonrío, al pensar, que a pesar de todo...Aunque algún día nos marchemos.
Esto, todo esto que nos envuelve, siempre sera infinito.

martes, 19 de abril de 2011

Apresurate despacio

De vuelta, sin excesivo furor, pero aquí.
Hoy el ruido de la ciudad me molesta, y mas tener que volver a contar las horas, los minutos. Esa estúpida obsesión urbanita de caminar en una cuenta atrás constante.

Nunca pensé que podrían regalarme tantas cosas. Tantos llantos simples y tantas...tantas sonrisas.
Jugar a ser niños para divertirse y jugar a divertirse para ser niños. Eso es vivir viviendo. Eso es saber coger lo que te dan y explotarlo hasta el ultimo centímetro.
Que vivir un tiempo sin tiempo es lo mejor que me podía ocurrir.

Y sentarse un ratito con ellos, allí, en el infinito. Donde los fantasmas se estrellan contra los arboles y los sueños son parte la merienda. Donde todo es posible porque nada les puede hacer daño si tu estas ahí, con ellos.

Convivir y dormir. Con la pequeña rubia, a la que le brilla el alma. Con Bamba, la de los sueños presentes. Con GranK, la del sudor en las grandes brisas. Y con él, el chico de gran corazón que no le cabe en el pecho. El único e increíble, y por si lo dudábamos, también imprescindible.
Un equipo perfecto. Que no parece conocer la asfixia, pq mientras tengan oxigeno todo lo demás corre por su cuenta. Saben encontrar en las pequeñas cosas un trozo de felicidad, que sólo puede desprender luz y calor. El calor que me ha arropado segundo a segundo, a su lado.

Saltar, jugar, sonreír, reír, vivir, respirar. Sobre todo eso, respirar.
Aprender a ser pequeño para poder hacerte mayor. Aprender que las cosas que vuelan también se pueden tener, si coges el impulso suficiente para alcanzarlas.




Este "stand by" podría durar años, pero aquí estamos de nuevo.
Aunque hoy tengo las manos un poco mas llenas y mas cosas que ofrecerme. Ofrecerte a ti, que siempre has creído que podía ser mas grande que ayer, y a todo al que se acerque. Pero ante todo a mi.

sábado, 9 de abril de 2011

Sin nada y con más de lo que necesito

Sin las prisas del que no sabe que hacer y no tiene que hacer nada...
Me despierto sola, con el solazo puesto a todo volumen.
Con escalofríos intermitentes, pero aun caliente.
Y con el freno de mano dejado de lado, que esta mañana no lo necesito.
 
 
Todo eso sin saber, que esta noche sera la primera que no pueda dormir por ti.

Como si quisiera iniciar la reventa de algo que no quería comprar, pero que no estoy segura de querer quitarme de las manos.

lunes, 28 de marzo de 2011

That saved a wreck like me

Tenemos que movernos, no podemos quedarnos quietos. Qualquier dia te paras, y te ves...en un espejo demasiado oscuro.
Tu, te viste. Y recordaste aquellos dias en que podias recuperarte de la asfixia, esa que solo podias aliviar cuando el metal frio atravesaba tu piel una y otra vez. Y entonces dejabas de ahogarte y deseabas que el mañana estuviera vacio de sufrimiento para poder llenarlo con qualquier otra cosa. Cuanto deseabas poder vaciarlo...
Pensamos en tres dias atras y te vemos con una sonrisa y un "Va tot genial". Y si, nos lo creimos.

Parece ironico, porque se que compartiamos un lema: "sempre en moviment". Y tu... tu te has quitado la vida. Has parado el mundo y te has bajado. Has decidido no seguir aqui.

Pero ahora nosotros tenemos que movernos. Para tirar adelante, para no perder los sueños que compartimos y compartiamos contigo, para poder no perder y querer todo aquello que nos recuerda que tenemos que estar siempre... EN MOVIMIENTO.

Te echaremos de menos y te recordaremos siempre. Juan, ahi donde estes...un abrazo TIS.

domingo, 20 de marzo de 2011

En la garganta

Vi a un ángel caído
y le di razones para llorar, le devolví mi final.
Y luego volví a casa sin volver exactamente pero quizás llegando... a alguna parte.
Tengo todavía que decidir qué hacer con mi vida. Sueño que salto unos veinte metros y me miras como ahora, con esa mirada tan vacía de todo. Lo bueno es que aun puedo decidir si quiero caer en tierra firme.

Voy cogiendo pedazos que ni siquiera son míos, para recordarte.
Es una pena, porque no entiendes ni entenderás jamás lo cerca que estuvimos del cielo. Y yo ya no puedo estar detrás de ti sin que me veas, por si te caes.

Y aunque lo diga la canción, no puedo cerrar los ojos sin acordarme de ti. Pero si puedo encontrarme solo y sin embargo
reír.

lunes, 7 de marzo de 2011

No es verdad

Estos dias las bienvenidas y las despedidas han sido un continuo mareo. El peaje estaba pagado de antemano y el periodismo barato sigue jugando a las adivinanzas.
No hay mas que hacer con un homicidio escondido dentro de mi cuerpo y con un cuento de mentiras escrito, para no olvidar el hilo argumental de la funcion.
Yo no quise quererte, pero esta vez ya estas fuera de juego, te lo aseguro.

Las personas autodestructivas no estan locas, solo son.. poco atentas.
Y siempre miento en todas las frases que empiezan con un "no".

domingo, 20 de febrero de 2011

Fondo

El humo ahoga mis silencios. Esos que solo tu fuiste capaz de parar.
Pero la clave no es el tu,
sino los años que dejaron de pasar.

sábado, 29 de enero de 2011

A lo mejor (alomejor)

Como mínimo ahora tengo miedo a algo concreto. Y no todos los miedos de niña, absurdos, que me atormentaban de aquí y de allí, de debajo de la cama, de dentro de un armario, de mis calles, de las tuyas...
El tiempo no lo resuelve todo, pero calma las cosas menos importantes.
Resulta que he perdido otra guerra (ya no llevo la cuenta).
Y parece que llueve como una excusa.

domingo, 16 de enero de 2011

apagate y vuela

Tu no eres luz.
Las luces sirven para iluminar las carreteras, los callejones, mis atajos.
Tu eres un destello, que marca el camino de vez en cuando, por donde tengo que pisar y cuando debo echar marcha atras.
Tus destellos a veces me queman, a veces ni los veo, a veces me estallan en la cara y no los comprendo, a veces se me van de las manos.
Deja de apagar fuegos y vuela, que en mar nada se quema.
Yo ya no soy la misma y tu mes es noviembre.

domingo, 9 de enero de 2011

El mundo va perdiendo decibelios

No sufras, que no te pido nada. No te pediré nada. Dejaremos que nuestras libertades y no tan libertades elijan, como siempre.
Yo me quedare alli donde estoy, donde puedas verme, incluso en los sitios donde siempre puedes encontrarme. Pero dejare de buscarte, porque cuanto más te busco más me pierdo. Y yo ya no puedo vivir más tiempo de las historias de esta ciudad.
Mientras nuestros mundos se bombardean, nosotras también somos de las que lanzamos piedras y siempre seremos de las primeras en recibirlas. Porque somos el punto flaco, el arriesgado, el desconfiado y el menos claro.
Es una putada vivir estancada. Y me gustaria odiarte, pero no puedo.

viernes, 7 de enero de 2011