miércoles, 18 de diciembre de 2013

Amor con premeditación

Sigo sin poder decir con certeza como empezó esto. Si fue ella, la que como imán innegociable, me arrastró a sus caderas. O si fui yo, como encontrando de un soplo la mezcla entre fuego y locura, me lancé a su suerte. Aun no podría discernirlo aunque, tal vez, sean lo mismo.

Llevaba ya en ella escrito el poder de romperme en trocitos irreconstruibles. Lleva ya ese día, grabado en su espalda, el desgarro que iba a poder causarme algún día, allá a lo lejos (o no tanto). Leía en cada uno de sus gestos el caos que podría llegar a detonar en mi vida. Y le otorgué, como quien regala su alma a un ángel caído, todo lo que podía guardar en mi pecho. Decidí, en ese mismo instante, que le iba a entregar mi esencia hasta los huesos...para siempre.

Y, desde entonces, me prometí que pasaría mi vida buscándola. Buscando una mirada suya, un roce con caricia, un coche fortuito, un encuentro casual e inocente.
Todo ello sin decir que me pase horas y días andando por las mismas calles, repitiendo los mismos bares y los mismos barrios, intentando encontrarla con un golpe de suerte con más premeditación que cualquier delito. Pasando meses descubriendo pistas, mandando señales al viento que quisiera susurrarle, dedicando cualquier entretiempo en el que pudiera encontrarla.

Me consumía en cada noche de ausencia de luna nueva y despertaba al siguiente amanecer con la nueva esperanza de coincidir con ella en cualquier sitio, cualquier día, a cualquier hora. Resurgia de cualquier marea, con tal de provocar cualquier encuentro casual que me la prestara unos minutos mas. Aquí. Donde el ruido desaparecía y ella lo llenaba todo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Segundo Noviembre

No sé decirte aun si 365 días son demasiados o siguen siendo insuficientes mientras aun pueda contarlos sin tener que multiplicar.

Podría contar aproximadamente un millón de momentos, unos cientos de noches poco dormidas y unas cuantas siestas. Nada que se escape de mi alcance en estas 8.760 horas. 


Hemos roto cristales de los gritos no pronunciados, hemos empañado ventanas en calor de contacto, nos hemos encontrado en sueños, hemos crecido sonriendo, nos hemos llovido sobre mojado, hemos apostado alto al destino, hemos planeado volar lejos un par de veces, hemos construido puentes que nos llevan a mirarnos mejor, nos hemos desafiado al dolor, nos hemos desgarrado el alma para reencontrarnos, nos hemos entregado hasta los límites insanos, nos hemos dado paz y gloria, nos hemos escuchado todo el cariño escondido, nos hemos admirado hasta rabiar. Nos hemos llorado hasta la asfixia y hemos intentado amarnos no más, sino mejor. 

La frontera ha pasado y los días siguen nuestros pasos. 
No dudo, ni vacilo. No busco los motivos. Hace tiempo que no lo necesito. Es mucho más sencillo.
Que al final, lo que una caricia bien dada les costaría a otras años de escalada...a ti te cuesta tres segundos antes de acercarte. 

Tu nunca pagaras peaje aquí. Puedes pasearte entre mis miedos y mis anhelos con más autorización que yo misma. 

Y es que nunca dejaré de volverme cuando te marchas, como algo intuitivo, para saber que aun estas ahí. Para decirme que aun habrá otro día más después del 370. 

Que a mi me cabe el mundo en una mano si en la otra estas tú.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Hoy

Hoy me levanté a destiempo
me tragué mi pastilla en agua con gas
pasé de desayunar
y volví a acostarme
buscando un resquicio de tu olor
sin encontrar nada.

Hoy leí lo que debo
contraté un nuevo servicio ADSL
decidí comer de más
fumar un poco menos
y permitirme el lujo de dramatizar
como mujer a los 28 días.

Hoy me lloré a mi misma
oculté preocupación por mis anemias
rebajé mi jodida empatía desgastada
grité al cielo justicia
y escribí dos mensajes
que nunca recibirás.

Hoy abracé a mi padre después de años
acabé en una fiesta de cabaret
donde me hablaban de su agujero.
Recordé una abuela y media perdida
invité a unas copas
y me fui sin pagar.

Hoy pedí el mismo deseo de todos los días
desde hace casi 11 meses
sosteniendo una diminuta sonrisa.
Enumeré mis objetivos de futuro
y en casi todos aparecías tú
agrandándolos.

Hoy le pedí disculpas a mi corazón
por lo que él y yo sabemos
y a mi espalda
por no tenerte
hoy
agarrándome mientras no duermo.

martes, 27 de agosto de 2013

Felices 25

Una pequeña idea, preparativos durante días, ilusión y nervios, regalos en maletas, tu gente sonriendo, diversión y celebración.

- 25...Es un numero bonito, ¿verdad?
- Doble cifra e impar, casi redondo. Sin duda.
- ¿Celebraremos muchas cosas este año?
- Muchísimas. Ya verás. Por todo lo alto.

Qué iba a decir, tengo que admitir que ese plural del "celebrareMOS" me impactó. Contaba con un año más conmigo, por lo menos. No dudó un segundo en incluirme en este año que va a ser para ella tan duro y tan satisfactorio a la vez. Un año de últimos esprints y metas alcanzables y palpables.

Mentiría si negara que me muero de ganas. Por seguir apoyándola sin vacilar y encargarme de preparar más y más celebraciones, que sin duda se ganará. 

A veces la felicidad es casi sólida. Como una sutil aura que flota en el ambiente. Que casi puedes percibir a simple vista. Estos días lo era. La suya, la nuestra. 

Por todo lo alto, sí señor, lo celebraremos.
Agárrate fuerte, que vamos.
Mi pequeña guerrera.

miércoles, 26 de junio de 2013

Leo poesía,
como quien lee el periódico
a las 3 de la madrugada.

La leo en la terraza
de mi piso,
que tampoco es mío.

Mientras un vecino le grita
a su mujer, su novia, su amante
o como sea que la considere.

Le llama "puta" una y otra vez
rompiendo sin parar objetos de su piso,
que tampoco debe ser suyo.

Se llena la boca
con cada una de las cuatro letras,
inculcando miedo.

Y lo consigue.
Más allá del radio
que él imagina.

Hasta que el estruendo cesa.
Alguien ha llamado a la policía.
Y no he sido yo.

Poema en ayunas - Carlos Salem

Dos bandos irreconciliables
mis amigas.

Unas lamentan que ya no sea
aquel cabrón jactancioso
que iba contando polvos
como el que cuenta los charcos
que ha pisado en cada esquina.

Dicen que has llenado de almíbar
mi poesía.

Otras celebran
que por fin hable de cosas
que le ocurren a cualquiera
que me sepa vulnerable y mortal
y conozca el miedo a perder
en el momento exacto
en que voy ganando.

Dicen que ya me lo merecía.

Aumenta la hostilidad entre ambos bandos.
Pronto comenzaran los ataques preventivos.
La guerra parece inevitable y lo sabía.

La próxima vez que nos veamos
amor
quitate el alma
y déjala caer a los pies de la cama
que yo volveré a desnudarme
de los uniformes a medida
que me han cosido mis amigas
para zambulirme en ti
y revolcarnos en salado almíbar
o beber el vino de tu copa que nunca se vacía
mientras la gente
afuera
se mata por decidir
si eres buena o mala

para mi poesía.

sábado, 15 de junio de 2013

Regalos bien guardados

Es preciso quedarse quieta, a veces. Decidir observar y callar, sin marcharte. Ocurre a menudo cuando ella esta cerca, en alguno de sus esplendores. La necesidad imperiosa de admirar sus detalles, analizarla lo justo para conocerla y anticiparla pero sin quitarle la esencia, se hace inevitable. 

Suele pasar cuando queremos registrar momentos, rostros, hechos marcados, reacciones y expresiones brillantes. Procuramos atender, observar concentrados, para que no se escapen, para que no se disipen pocos segundos después y quedárnoslas. Aun con la consciencia de la dificultad de almacenar demasiados recuerdos fotográficos, nos esforzamos en trasladarlos a la memoria y agarrarlos fuerte.

Después de años de esfuerzo he conseguido retener imágenes, no demasiadas a mi pesar, que le pertenecen gracias a la pasión que me suscita. Hablo de sus sonrisas. Gozo de su amplio repertorio, esperando siempre identificar una nueva que me fascine. Como una niñita pequeña, las contemplo, las provoco y las disfruto para hacerlas perdurar.

Aunque todas ellas tengan un claro parecido, cada una despunta diferencias mágicas. Aparecen como sonrisas sencillas, encantadoras, enloquecedoras, grandes, seductoras, pegadizas, a medias, alegres, ruidosas, hermosas, cautivadoras... La sonrisa de haber logrado algo, la sonrisa de satisfacción por haber cumplido un deseo o un duro esfuerzo. La sonrisa humilde de disfrutar de personas queridas en su rutina. La sonrisa de realización por haber aprendido algo nuevo que le alimenta el intelecto. La sonrisa de despertar en un día nuevo con fuerzas y ganas de arrancar. La sonrisa de lujuria en momentos de instintos de deseo y efervescencia. La sonrisa de diversión en cosas sencillas. La sonrisa de gratitud sincera ante apoyos incondicionales.

Todas ellas y algunas más, he conseguido registrarlas, conocerlas, identificarlas e incluso anticiparlas y adivinarlas antes de que aparezcan. Y es increíble como suceden e iluminan, como transmiten y contagian si les prestas la suficiente atención. 

Vivo con ellas y las exprimo todo cuanto puedo. 
Me las regala. Las adoro.
Sé que pueden quedarse conmigo, que las puedo guardar. Se han convertido en mis tesoros, las tengo agarradas. Ahora también son mías, se las he conseguido robar, sin quitárselas.

domingo, 28 de abril de 2013

Su cuerpo de mujer

Ojalá se viera en mis ojos. Ojalá mi mirada le pudiera hacer de mejor espejo. Ojalá pudiera verse reflejada como yo la veo. 

Entonces entendería que todo lo que tiene puede admirarse. 
Y que motivos no le faltan. 


Empezando por su boca, de labios oscuros y finos. De sonrisa perfecta, que ha iluminado cientos de mis madrugadas. Su nariz pequeña y sus enormes ojos. Ojos negros imán, que me absorben y me esconden a un lugar donde solo me puede encontrar ella. Siguiendo por su pelo también negro y rizado, que destapa sus pequeñitas orejas. Su pelo, largo o corto, recogido o al viento, siempre brillante. Todo conformando un rostro de belleza indiscutible. Uno de los mejores retratos que haya podido desear al abrir mis ojos por las mañanas. 

Bajo por su cuello, siempre con sus perfumes que me atrapan. Su espalda firme, a la que me encanta agarrarme cuando me hace el amor. Sus fuertes y grandes brazos que me apasionan. Acabados en sus manos no-perfectas que me tocan y me hacen volar infinitamente. Sin olvidar sus pechos preciosos e indomables, en los que duermo cuando me coge y me abraza. Pero su cintura ya es algo indefinible, más cuando se mueve al ritmo que aun hoy no he logrado descifrar. Su culo increíble, que define su silueta cuando se tumba de lado, es algo que hay que presenciar. Pero su entrepierna ya es demasiado para vosotros. Aunque aun quedan sus piernas suaves y enérgicas. Y sus graciosos pies que se mueven al compás, como si estuvieran nadando dentro del agua, antes de dormirse. Y todo eso, su cuerpo, envuelto en su piel morena radiante, que nunca olvido a acariciar. Su piel, mi color favorito, que a pesar de las estaciones se mantiene siempre en esencia. 
Toda, toda ella, increíble. 


Ojalá me entendiera. Ojalá se viera, solo por un minuto, como la yo la veo. 
Entonces, lo comprendería todo.

lunes, 15 de abril de 2013

22

Los días 13 y 14 han sido el regalo de un Dios que no existe. 

Ya que, en menos de 48 horas he visto todos los ojos brillantes que me acompañan en lo que yo he decidido que es mi jodidamente estupendo paraíso. Y en su inmensidad, cada uno de ellos, ha construido conmigo mi acercamiento a la felicidad. 

Existo para mi y, luego, para ellos. 

Para todos ellos y para ella. Mi favorita.
Que me hace sentir enorme en estos tiempos de pequeñez universal. 
En una noche calurosa y de madrugada con unos grados de alcohol. 
Con movimientos lentos que descienden. 
Sumando dos como si el mundo no pudiera ser de otra manera.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Deshidratación de huesos

Hay heridas que queman lento. A veces cuando no lo esperas y otras con la quinta cerveza a media tarde. Que llegan a resurgir como un rasguño de primavera, que te irrita el alma y te supura el cielo. Heridas derivadas o integrales, que no sacian ni educan.

Hoy las he visto en ella. Como puños y como escarcha. Con una expresión del fuego y al aire libre. Sin trastiendas, fuerzas, ni metas.

También las he visto en mi. Como brisas y como humo. Con pánico escénico y contención. Sin consuelo, orgullo, ni valor.

Quizás esas horas nos han brindado una oportunidad de estar aquí con lagrimas llenas de besos. Como una prueba sin trampa. Quizás nos ha unido el coraje de desgarrarnos para la otra. Como un acto sin pretensiones, ni matices. Quizás nos hemos salvado.



A peso y en silencio, se carga lo que no se osa reconocer vivido.
Y a pesar de ello, lo hemos gritado. Y nos ha llevado al abismo al que, una vez más, no nos hemos permitido caer en vacío.

martes, 19 de marzo de 2013

"Y pensar que me abrazo a tu cuerpo (tan tiernamente ajeno a mí ahora que duermes lejos) para que mi cama no sea tan arisca y esta noche deje de ser mediocre."

domingo, 10 de marzo de 2013

Superhombre, Papá

Han pasado muchos años desde que me sentaste en este mismo sofá y me dijiste, serio y contundente, que "las cosas iban a cambiar". Los mismos años hace que vivimos sin ti. 

Durante mucho tiempo todavía te veía y te buscaba por casa. Sentía esto como algo extraño, como distante, ajeno. Y en días que te notaba desaparecer del todo, me quedaba sentada en tu escritorio entre planos y bocetos. Pensando que si volvías a por ellos, quizás algo haría que no volvieras a marcharte. 

Luego lo comprendí. Dejé de desear escuchar tus llaves detrás de la puerta. Dejé de intentar percibir el olor a tus puros de los domingos. De esperar escuchar cada semana el fútbol en la tele, o el tenis o la formula 1. Dejé de esperar ir en coche a la escuela y que pusieras mi CD de Ska favorito. Dejé de oírte decir que "En la vida cada uno tiene lo que se trabaja. Que nunca se obtiene ni más ni menos de lo que uno se merece". Y empecé a acostumbrarme a meterme en la cama y acostarme sin esperar a que llegases. Empecé a aprender a no echarte de menos. 

Y aún ahora, después de tanto tiempo, todavía no lo abarco al completo. No puedo retenerlo todo. Me has enseñado demasiadas cosas. Y te has convertido en la más grande paradoja de mi vida. Protagonizando todo lo que quiero llegar a ser y todo lo que nunca quisiera hacer. Admiración y ausencia. 

Pero la verdad es que, no sé si a pesar de ello o por ello, siempre serás el mejor padre que jamás haya conocido. 

Y hoy recuerdo, antes de acostarme, que tú querías jugar a juegos de niños y yo quería jugar contigo para sentirme adulta. Te observaba en tu despacho como a alguien inalcanzable. Y me enorgullece que ese rincón y esa habitación sea, ahora que ya no estas, la mía.

martes, 26 de febrero de 2013

Dirección a

El mundo se hace mayor. Y ella con él y yo con ella. 
El tiempo crece con cada curva que nos lleva hacia otro lugar por explorar. Y los días nos traen retos nuevos donde ya no hay que tirar ni aflojar, porque decidimos viajar por autopistas llenas de señales. Llenas de velocidades, que marcamos en conjunto. Llenas de desviaciones, que decidimos tomar cuando ambas podemos pisar el acelerador. Y corremos juntas a fuego lento. 

Los días ya no se rigen por carreras hacia ninguna parte, ni incertidumbres contagiosas. Nuestro juego en circulo hace madrugadas que acabó. Y ahora, este relato invencible, marca sus pequeñas metas en cada paso coordinado y decidido a no cansarse jamás. 

Tal vez nunca pueda jurar ni prometer que la eternidad sea nuestra. Pero si puedo decir que mi pasión por la vida comienza tras la punta de cada una de las yemas de nuestros dedos, mientras la tocamos.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Que vamos - Carlos Salem

Soy pésimo partido y no es noticia
fumo demasiado bebo lo que puedo
y necesito de tu ayuda
inestimable
para cometer errores nuevos.

No soy primero en descubrir la pólvora
entre tus piernas
pero me quemo
feliz
los dedos al encenderla.

Me canso al subir las escaleras
pero algunas noches me siento tan ligero
al trepar tus cordilleras
que en la cima no planto banderas
sino besos.

No he delineado el puente inaugural
de tus suspiros
pero tú y yo sabemos
que bajo ese puente
vivimos.

Mis bolsillos envidian a mis pulmones
llegaría a fin de mes si los meses tuvieran
cinco días
Me muero algunos jueves a las siete
resucito cuando despierto y me miras.

No voy a deslumbrarte con fuegos
ni promesas
pero le soplo palabras a tu cuello
y él sabe
que son torpes y ciertas.

No creo que seas mi último tren
porque ése será el que descarrile.
Te miro como a un tren al que subirme
para viajar con destino a lo que toque
y seguir tocando mientras quieras.

En resumen
no soy un caballero en busca de princesa
sino un viejo caballo mal domado
que paga muy poco en las apuestas
y no ha ganado aún la mejor de sus carreras.
.
Pero si quieres cabalgar
tocando el horizonte con las manos
más allá de cualquier meta
  agárrate
  que vamos.

domingo, 17 de febrero de 2013

Oscuridad transformada

Esto que teníamos, que teníamos hace unas horas, era como una llama que prendía des de hace unas mil ochocientas noches. Esa chispa que se encendió un día que ya no recuerdo, hizo una pequeña llama que cada una hizo arder a su manera. Y, para variar, mi método nunca fue el mejor, ni el ganador. Ya que, en vez de mantener esa chispa encendida entre tu y yo, mi piromanía masoquista gana el juego. Y la encendí tanto... que las cenizas que quedan de mi hoy y aquí, hacen evidente la suma de otra derrota en este caos.

jueves, 7 de febrero de 2013

La maldición

Y vuelvo a tropezar con todo, a no saber dónde agarrarme. A enroscarme entre las sabanas en posición fetal, hasta intentar desaparecer. Como hacía antes cuando, recordando palabras, oía gritos en sueños con eco dentro de mi cabeza. Y me veo empotrada de espaldas contra un muro, con malabaristas de circo disparando cuchillos, navajas y todo lo que puedan sacar de sus bolsillos baratos. Y yo sigo la trayectoria de las laminas afiladas con los ojos, sin pronunciar una palabra, ni un solo sonido. 

Y aunque mi solución sea acabar escondida hasta casi desaparecer...quizás, de todas formas, algo ha cambiado. Y es que ahora ya no aplaudo al final de la función. Sólo deseo, con todas mis fuerzas, correr en dirección contraria. Como si esto fuera un edificio en llamas.

sábado, 2 de febrero de 2013

Pesos


Confieso haber tenido siempre devoción por sus labios, por su sonrisa. Más por sus ojos cuando me miran y yo aun no sé a donde echar la vista.

Pero no cuando me mira así. Porque verla llorar destruye al mundo. Para el ruido en cualquier bar y diluye cualquier melodía que quiera acompañarnos.

Y algo quema en mi cuando un beso suyo se atraviesa por una lagrima de más, que derrama. Y yo no se a dónde llevarla. Ni se mostrarle algo más hermoso que el amor que no siempre consigo darle.

lunes, 14 de enero de 2013

Algología


Blanco. A veces el dolor es blanco. Es el dolor primario, el simple, el profundo. El que te causa el mismo cuerpo en protesta de su propia insuficiencia. Lo llamamos dolor blanco, por como nos nubla la mente. Por como nos la vacía de todo, para poder concentrarnos tan sólo en la tortura corporal. Y nada más.

Todo pierde color, los contornos no importan, los matices menos, las luces molestan, la compañía sobra. El mundo entero desaparece. Y sólo te queda una simple dualidad: tu oscura habitación y tu pálido rostro.


Y en la escena... queda un aura gris, una cama demasiado grande, un goteo constante, unos gritos desconsolados y la mirada de dos niñas, hacia el suelo o hacia cualquier otro lugar.

sábado, 12 de enero de 2013

A peso y en silencio

Los pilares caen. Como cae la lluvia molesta en una noche de enero. Como cae la navidad, que ya va de sobredosis y un poquito más.

Y decido luchar, haciendo de mi vida un ring, tirándome contra las cuerdas a esperar los golpes. Porque como siempre, es muy fácil..., cuando no puedes hacerte más daño buscas a otro que te lo haga. Mejor y más barato.

Como si fuera un juego, es obvio que eres origen y dueña de mi pasión por despertar. Es todo tuyo y de nadie más. Y ahí adentro, de la misma manera, este dolor también te pertenece. Pero hoy no te lo presto, ni te lo devuelvo. Porque, hoy (como dice Algeet), ojalá yo pudiera cargar con el tuyo. Y llevarlo tan lejos como fueras capaz de brillar. Que las dos sabemos que es mucho.

Y ojalá que nunca te deje llevar a cuestas el mío. No vaya a ser que esta pequeña eternidad pueda con mis tobillos fríos.