jueves, 7 de febrero de 2013

La maldición

Y vuelvo a tropezar con todo, a no saber dónde agarrarme. A enroscarme entre las sabanas en posición fetal, hasta intentar desaparecer. Como hacía antes cuando, recordando palabras, oía gritos en sueños con eco dentro de mi cabeza. Y me veo empotrada de espaldas contra un muro, con malabaristas de circo disparando cuchillos, navajas y todo lo que puedan sacar de sus bolsillos baratos. Y yo sigo la trayectoria de las laminas afiladas con los ojos, sin pronunciar una palabra, ni un solo sonido. 

Y aunque mi solución sea acabar escondida hasta casi desaparecer...quizás, de todas formas, algo ha cambiado. Y es que ahora ya no aplaudo al final de la función. Sólo deseo, con todas mis fuerzas, correr en dirección contraria. Como si esto fuera un edificio en llamas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Construcciones