lunes, 14 de enero de 2013

Algología


Blanco. A veces el dolor es blanco. Es el dolor primario, el simple, el profundo. El que te causa el mismo cuerpo en protesta de su propia insuficiencia. Lo llamamos dolor blanco, por como nos nubla la mente. Por como nos la vacía de todo, para poder concentrarnos tan sólo en la tortura corporal. Y nada más.

Todo pierde color, los contornos no importan, los matices menos, las luces molestan, la compañía sobra. El mundo entero desaparece. Y sólo te queda una simple dualidad: tu oscura habitación y tu pálido rostro.


Y en la escena... queda un aura gris, una cama demasiado grande, un goteo constante, unos gritos desconsolados y la mirada de dos niñas, hacia el suelo o hacia cualquier otro lugar.

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