lunes, 21 de noviembre de 2011

Me maté porque era mía

Muy pocas veces escribo para contar que no tengo nada que decir. Cuando, a menudo, es una de las mejores sensaciones que he tenido durante años. No es que no quiera, es que...la ignorancia me supera.
Me encuentro en el mundo en el que hace más o menos dos años volví a nacer. He llegado a almacenar ya suficientes recuerdos sin el pasado como para tirar adelante, para dejar de tachar calendarios. Pero sigo sintiéndome novata en muchísimas cosas, y pequeña, diminuta.

Y aunque ahora despierte con otro sol y mis días acaben escuchando voces distintas, siempre termino revolviéndome y guardando pedazos de mí por si mañana no puedo volver a reinventarme.

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