Hubo razones y motivos. Para estancarse
en el terror infantil o para detener el juego simulado que nos
apartaba.
Pasado el tiempo, ella nunca ha
permanecido de la misma manera. Pero se las ha ingeniado, hasta hoy,
por no desaparecer nunca del todo. Las cosas han cambiado, ya nada
sigue igual. Ya no me merece la pena ir dando bandazos, porque he
encontrado una sola razón para dejar de hacerlo. He ido aflojando
para poder ver los matices, los pequeños detalles que revelan la
gran fuerza que siempre nos ha acompañado. Para poder seguir
haciendo apuestas de alto riesgo. Porque, aunque no lo creáis, las
vistas en este lado son maravillosas.
Y de repente algo se acciona, ocurre.
De repente, sucede. Empiezo a correr, levantar la mirada. Por primera
vez siento que aun llego a tiempo y en dirección acertada. Y ahí
esta ella. Sin duda, brillando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Construcciones