Como si fueras acumulando toneladas de
cosas que deberías haber ido sacando por el camino, pero que
guardaste bajo la chaqueta casi sin saberlo. Un año y más de
acumular un peso que ya nadie contaba con él. Y te das cuenta justo
cuando sabes que va a arrollar a más de uno por el camino.
Que cae de golpe y sin fronteras. Por
una autopista sin curvas y a toda velocidad. Que te cala el motor y
te hace dar vueltas de campana, llevándose por delante la mitad del
paisaje que habías construido.