Tu no eres luz.
Las luces sirven para iluminar las carreteras, los callejones, mis atajos.
Tu eres un destello, que marca el camino de vez en cuando, por donde tengo que pisar y cuando debo echar marcha atras.
Tus destellos a veces me queman, a veces ni los veo, a veces me estallan en la cara y no los comprendo, a veces se me van de las manos.
Deja de apagar fuegos y vuela, que en mar nada se quema.
Yo ya no soy la misma y tu mes es noviembre.
Los destellos si son demasiado intensos, te dejan ciega durante una temporada, pero luego...
ResponderEliminarvuelves a ver con claridad.
Esa última frase pesa horrores.
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