lunes, 1 de mayo de 2017

Contra marea

El pecho me aprieta. Mi respiración se ahoga. Vuelvo a sentir.

Y ahora me arrastra este río que yo misma inundo. A mí, que siempre supe nadar a contracorriente.

Me veo, temblando de miedo, entre tus brazos. Como una niña aterrada de todo. Por todo, menos por ti. Clamo al cielo, me grito fuerte a mi misma. Otra vez he vuelto a traicionarme. 

Te digo adiós, porque sé que ya es lo único que puedo hacer. 

Con mis ansias de caer en ti.
Con tu corazón magnánimo. 
Con mi forma de abrirte mi mundo sin ni siquiera darme cuenta. 
Con tu forma de librar batallas sin esperar trofeos.
Con mis ganas de buscar tu pecho donde descansar.
Con tu magia en cuestionar mis incendios sin quemarme. 
Con mi rebeldía y rendición descontrolada por ti en una cama. 
Con tu grandeza en excitar mi mente y erizar mi piel. 
Con mi forma de regalarte mi espacio vital sin miedo al dolor.
Con tu forma de leerme todo aquello que callo pero deseo que veas.
Con mi torpeza en dejarte ir y querer, luego, que vuelvas antes. 
Con tu insistencia en adorarme aunque yo no la entienda.
Con mi confianza ciega en ti.
Con tu admirable habilidad por hacerme sonreír. 
Con nuestra forma de cuidarnos.


Te llevaré siempre cerca. 

Porque en tus ojos me siento fuerte. Porque en tu mirada estoy viva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Construcciones