lunes, 17 de septiembre de 2012

Apartar de sí

Los que son abandonados por el prójimo alguna vez en su vida, pueden convertirse en perros fieles o abandonar a su vez a aquel que se acerce demasiado. El que decide antes de tiempo el abandono exponencial en su casa, elije el rechazo y el desprecio como forma de vida.

Echaron al Rey de su castillo y él decidió levantar otros muros en otro destino sin volver la vista atrás, para no tener que regresar jamás. Hoy, el desterrado ha vuelto a sentirse fuera de lugar en lo que en los viejos tiempos fue su hogar. No me produce compasión, ya que él mismo decidió romper los lazos para siempre. Escogió quebrar, deshacer, ignorar, no perdonar y castigar.
Y ella, la que le abandonó un martes de invierno, se siente invadida y agredida por su visita. Ante todo el mundo se esfuerza en mostrar que lo tiene todo bajo control, aunque yo sé cuanto le cuesta soportar todo el pánico que siente por dentro. Pero hoy tampoco merece mi apoyo, a pesar de que la culpa le atropelle los sueños esta noche.

Los proscritos siempre vuelven, pero solamente regresan estando "de paso". Porque ellos ya aprendieron a marcharse una vez. 

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