domingo, 23 de diciembre de 2012

Ante mis ojos


Pasa una noche suave. Una noche suave y ligera, que despierta en un sol radiante. Los rayos atraviesan el ruido hasta donde ambas nos encontramos y iluminan las sabanas blancas y tu rostro dormido. Te escucho, entre sueño y consciencia, mientras tu piel me acaricia las pesadillas que, de golpe...se han marchado.

Y vuelves a entrar de lleno en mis mañanas, agitando tus alas. Revoloteando, rompiendo el viento para hacerme un lugar a tu lado. Cogiéndome fuerte para guardar el calor. Jugando a adivinar un futuro más prometedor y más cierto. Prestándome toda la atención de tus ojos oscuros. Que me encuentran al despertar, reafirmando lo rico que puede llegar a ser el ser humano. Esa mirada, esos ojos, que ya no están vacíos.

Los ojos que me imantaron des de la primera vez que los crucé. A los que hoy prometo no volver a dejar que se vacíen ante mi, ni ante nadie. Y hacerlos brillar siempre que quieras acompañarme, bajo cada amanecer de este pequeño viaje.  

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