Parece que este año ha decidido darle
un poco de tregua al frío. Y recuerdo como hace dos años, en una
noche como la de hoy, deseaba helarme en el invierno mientras fumaba
cigarrillos sin parar entre las calles de la ciudad. Y así, sin
causa aparente, me encendía y desaparecía en llamas.
Estaba tan acostumbrada a vivir en el
desastre, que ya no concebía otra cosa. Y el hecho de perpetuarlo me
hacia cobarde y cómplice, porque siempre es más fácil persistir en
la ruina.
Y de repente, este diciembre, ella me
da de la mano y me enseña que el mundo puede ser distinto. Que
existen otras verdades y otros caminos, que se puede des-aprender
toda la toxicidad ingerida. Y casi sin darme cuenta, dentro de mí se
encienden bombillas nuevas que hacen girar todo un mecanismo de
engranajes y me abren los ojos.
Como un árbol de navidad de interior,
van apareciendo luces nuevas a cada paso. Me dice, me descubre, que
hay otra forma de vivir todo esto. Y, por si fuera poco, resulta ser
extraordinaria.
Te copian https://bakerssonblog.wordpress.com/2016/01/12/try-it-again/
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