Me he quedado con una casa vacía y
revuelta. Deambulo por ella con excesos, torpe. Con tu tabaco, que
por más que rellene, más se consume. Como te consumías tu anoche
mientras yo me quedaba como un niño inadaptado y se me desgarraba todo, del corazón a la entrepierna. Porque ser yo, ser yo con todo mi ser,
conlleva un riesgo que no estoy segura de querer soportar. No estoy
de acuerdo conmigo, ni me gusto, ni me respeto, ni mucho menos me
comparto. Y no te pido nada. Porque me abruma saber que si
quisiéramos, nuestra historia podría dominar el mundo. Nuestro
mundo, en el que no encajamos. Pero yo te quiero aquí con la misma
medida que me quiero allí. Tu das trompicones, creyendo en que
detrás de los tres mil muros...aun queda algo. Y yo, yo no quiero
despertar un día, después de toda una vida de silencios punzantes,
sintiendo que me falta algo y tener que correr a buscarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Construcciones