jueves, 26 de abril de 2012

Pacto o juicio

Hay decisiones que se toman o se dejan. Donde no puede existir la ambigüedad que tanto me gusta. Y de golpe desaparecen todos los grises.

Tengo que admitir que los blancos y los negros juntos siempre me han mareado y que tengo que alejarlos para coger perspectiva (conste que no es una cuestión racial).

Me veo envuelta por un si o un no, que dicen y condicionan mucho más allá de eso. Y debo colocarme en un bando para no sentirme perdida.

Por un lado me suena a rendición, a quedarme a medias. A tener que bifurcar el camino para no llegar hasta el final. A poner un parche y cambiar de paciente. A tirar por lo seguro, que lo difícil tambalea y quizás se desmonte. A resolverlo por detrás y a puerta cerrada, no vaya a ser que lo decida antes otro.

Y por otro me suena a pena de muerte, pero no sabré si tuya o mía hasta que se acabe. A arrasar con todo, que nadie llega tan lejos si no es para seguir. A ignorar lo que dirán siempre que protejas tus ideales. A tener la esperanza de saber que algunas cosas tienen sentido salgan como salgan. A tener que perseguir la noche hasta que arranques en un nuevo amanecer.

Quizás sea fácil y yo no lo vea. O que tengo miedo de jugar sin blanca por si gano. Pero si Dios no te salva de esta, yo te llevo hasta el infierno.

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